Las pesas tienen una cualidad inimitable,
engrandecen lo que derrumba tu interior.
Decidido.
Piérdame en el marketing orgásmico de la belleza,
En la espasmódica contracción de mis músculos,
en la sudoración libatoria de quemar grasas
y en la hipnótica - inocente, me atrevería a decir-
ilusión de reflejarme olímpico y deseable
en la falsedad de un espejo.
El sexo y sus mentiras requieren estas cosas,
claro está.
lunes, 13 de diciembre de 2010
domingo, 5 de diciembre de 2010
EL SILLÓN DE ULISES
Tú , sillón:
¿qué miras en tu eterna quietud?
No daré yo excusas del para qué estás aquí,
antes madera y trapo,
hoy calor, descanso , reposo.
Todo amor y comprensión.
Pues en tu silencio sillón,
encuentro siempre, sillón querido,
la mejor respuesta.
¿qué miras en tu eterna quietud?
No daré yo excusas del para qué estás aquí,
antes madera y trapo,
hoy calor, descanso , reposo.
Todo amor y comprensión.
Pues en tu silencio sillón,
encuentro siempre, sillón querido,
la mejor respuesta.
LA CAZA
Y en estas horas de la aurora,
cuando corren los animales
de la noche a la luz del día,
armados y escondidos
esperan el cazador y la muerte.
Pues ya no hay la épica de antaño en la caza
igual que el bosque, cercado,
deslucido en su mismo sí,
es prisión y limitado coto.
Pero aún así animales,
bestias libres del bosque;
ciervos, perdices, liebres,
jabalíes, pichones , venados.
Los que estaís en las vegas,
en los oteros, en las colinas,
en los arroyos, en los picos
en las jaras, en las cumbres y
en las marismas.
A los que vivís en esta cárcel
y en estos hierros
y estaís acorralados,
a todos,
os pido una cosa:
corred.
cuando corren los animales
de la noche a la luz del día,
armados y escondidos
esperan el cazador y la muerte.
Pues ya no hay la épica de antaño en la caza
igual que el bosque, cercado,
deslucido en su mismo sí,
es prisión y limitado coto.
Pero aún así animales,
bestias libres del bosque;
ciervos, perdices, liebres,
jabalíes, pichones , venados.
Los que estaís en las vegas,
en los oteros, en las colinas,
en los arroyos, en los picos
en las jaras, en las cumbres y
en las marismas.
A los que vivís en esta cárcel
y en estos hierros
y estaís acorralados,
a todos,
os pido una cosa:
corred.
LECHE INFANTIL.
Amanece.
Llueve.
Todo está dormido.
Las calles vacías,
Sólo algunos crápulas que regresan.
Pronto abrirán los farmacias
y bajaré ansioso y preocupado
a compar leche de lactantes
para mi hijo.
Y ésta es mi vida.
Y así vivo.
Demasiado salvaje para mi corazón.
Llueve.
Todo está dormido.
Las calles vacías,
Sólo algunos crápulas que regresan.
Pronto abrirán los farmacias
y bajaré ansioso y preocupado
a compar leche de lactantes
para mi hijo.
Y ésta es mi vida.
Y así vivo.
Demasiado salvaje para mi corazón.
sábado, 4 de diciembre de 2010
CIUDAD DORMITORIO
fuego cobrizo el atardecer,
gris y sin luz ya está el cielo.
Un avión recorre lo que queda de tarde.
Mientrás, ausentes, en los coches,
la gente regresa a casa.
He intentan descansar.
gris y sin luz ya está el cielo.
Un avión recorre lo que queda de tarde.
Mientrás, ausentes, en los coches,
la gente regresa a casa.
He intentan descansar.
ÍTACA
Todo ha de ser Ítaca en ti,
dijo enfurecido Poseidón a Ulises.
Que así sea, pronunció.
No más que un sueño.
dijo enfurecido Poseidón a Ulises.
Que así sea, pronunció.
No más que un sueño.
jueves, 2 de diciembre de 2010
HASTA MAÑANA
Noventa y siete Años.
Años ganados al tiempo.
Años desfondados, inutiles.
Y el futuro ya pasó.
Y hoy , fruto de esta broma pesada que es mi vida,
curtido por las ausencias, la soledad, el dolor;
bostezo y me alimento.
Y así, tranquilo, sin más, me acuesto pronto.
Hasta mañana.
Años ganados al tiempo.
Años desfondados, inutiles.
Y el futuro ya pasó.
Y hoy , fruto de esta broma pesada que es mi vida,
curtido por las ausencias, la soledad, el dolor;
bostezo y me alimento.
Y así, tranquilo, sin más, me acuesto pronto.
Hasta mañana.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
LA MUJER EN BRAZOS
Una mujer en mis brazos.
No era la mejor
ni la peor de todas.
Me decía; te quiero mucho amor mío
y eso era, cómo decirlo,
luminoso y suficiente:
mucho más que suficiente.
Radiante.
Luego más tarde, llegaron
las amistades y otras memeces
y ella, veloz como un pájaro,
salió de mi vida.
No era la mejor
ni la peor de todas.
Me decía; te quiero mucho amor mío
y eso era, cómo decirlo,
luminoso y suficiente:
mucho más que suficiente.
Radiante.
Luego más tarde, llegaron
las amistades y otras memeces
y ella, veloz como un pájaro,
salió de mi vida.
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