JUICIO MORAL

Alma perdida,

fuego que busca fuego.

Recuerdo mis años de niñez

 en el columpio que se mueve

y  las jeringuillas en la arena.

Eran los ochenta; ya hace tiempo.

Ahora el sol, eterno levante,

libera mi destino de ese

pasado y sus errores

venciendo mi miedo

a la gente y su juicio.

Soy yo.

Huyo de ti, pasado,

 y de mí, presente.

Respiro.

Hay un mañana

para algún día,

también,

recordar.

TRABAJO ALIMENTICIO

Rompe la mañana.

No está la fuerza en el cuerpo

sino en la mente.

Levántate y ve.

En este día,

fastidioso como tantos,

entrego al mundo de las aulas

mi trabajo y mi salud.

Desvaneciéndome como

un meteorito

en derrotadas palabras que,

perdidas en un mar de ruido,

a nadie  interesan.


El dinero, no lo compensa.

EL FRACASO DEL SILENCIO

Canta el  poeta.

Coge su mano.

Observa sus nervios sedientos

de ingenio y dulzura.

Tiembla, fallar no debe,

pues el sanguinario auditorio

impaciente espera.

Y al recitar el verso,

extrañamente,

llora.

Pues sabe de aquél que

 como él,

 anónimo espectador,

 sufre el fracaso del silencio

ante los que le aman y los rodean.

Pero aún así recita y clama.

Cantan los clásicos por su boca

que perdidos en un laberinto

hueco de palabras todos

escuchan pero nadie entiende.

Eh. tú, ¿ puedes ayudarme?

o sólo me queda caer.

DESEO

Mi temor  se consuela en tu imagen.

Desde hace tiempo lo sé,

el hipotálamo no resistirá la impacencia.

Que venga sobre  mí la culpa.

Que venga sobre mí.

Tu nombre se abre,

vibra en mis labios.

Desciendo a ti en mí.

Refreno el deseo

que se vuelve daño

calladamente.

AGONÍA

 Pensar que no hay un siempre.

Asumir la mentira.

Ser presa del destino y el futuro.

Lentamente pasar los días

y  temblamos ante el vértigo de la eternidad.

Tú permaneceras belleza,

 quién sino tú,

cuando mi último sol se haya hundido

y yo  entonces  polvo,  sea , quizás,

agonía.

LIBERTAD Y TIEMPO

 Estoy aquí.

No me habeís hecho caso.

Quizás mi oscuridad, poco cautivadora,

os de recelo y renuncia.

Aún así,

 con vuestro silencio,

 escribo.

Y en cada poema

se  distrae un poco

 mi alma que,

ensortijada en este salón virtual,

huye de sí.

Ganando

 libertad

y tiempo.

MAÑANA

Persuasivo, el mundo late.

Brillan las estrellas.

La luna está en su plenitud.

Contemplo  la aurora

y su libertad.

¿ Ves?

 ¿ Qué vida haces sin esto?

Vuelve mañana

vuelve.

Dame una más.

INDIVIDUALIDAD

No soy lo que otros quieren que sea.

No hay espacio en este mundo

para mi libertad y mi fuego

(que a nadie quema)

 que vive en el modo solitario

de entender las cosas.

Pero hubo un error.

Algo estalló , como un volcán,

 que encolerizó a los que

 queman la razón en ascuas

 de falsa solidaridad

y dogmática justicia.

Ese algo es la individualidad.

 algo que, incomprensiblemente,

 hace daño.

LA SOLEDAD DEL ARTISTA

 Tal vive él

 y vivirá siempre

 en lo invisible.

Declama su cuerpo ese latido extraño

que le hace ignorar la realidad

y buscar ir más allá.

Pero él, inocente, escribe.

Desvanecido su ser

en la escritura

que le desborda

y no le contiene.

PATERNIDAD

Sentir que esta vida no es sólo mi vida.

Que ahí  otro yo aquí con

el que me abrazo y me consuelo.

Y de él, que soy yo, disfrutar

 de la esperanza  eterna del mañana.

Y así,

Junto a mí, en su cuna,

en lágrimas bañados los dos,

vencer al polvo,

 al olvido

 y a la nada.

MADRID

Días de regreso a la ciudad.

Coches, humos, olor rancio a bocadillo.

Yo soy tú hace veinte años

y tú serás yo dentro de diez;

nadie.

Dejar el pasado

para vivir.

Huir.

No hablar de dónde vengo

ni quién soy.

Así la ciudad,

inagotable, pura,

nos hace renacer.

Anónimos.

Como las piedras y los árboles.