No todo puede ser
esperar en este vida la muerte
y ésta, como un castigo del cielo,
hacer conquista de nosotros;
pero es así.
Pronto seré ido y , por tanto,
aprovechar debo
mi escaso e insignificante tiempo.
Por vosotros , familia y amigos , rápido habré pasado.
Si agravios os hube hecho con mis obras,
perdón sincero por adelantado os pido.
Seré esqueletos, miasmas y despojos.
Un recuerdo cada vez más borroso a medida
que mueran los hijos de los míos
y de éstos, sus hijos a su vez.
Y la verdad es que, la dura verdad es que;
a pesar de mis ruegos temblorosos
y continuas lamentaciones,
del cuidado de mi cuerpo
y del cuidado con todo lo que como,
de las periódicas analíticas y revisiones
y del mucho ejercicio que hago,
cuando me encuentre con la muerte,
ella, indolora y blanca,
como un descanso inmerecido,
sin amor, cruel como la gangrena,
me exterminará.
Y , entonces, sabiendo esto,
esclavo de seguro fin,
inevitable destino;
¿ por qué me afligo?