Nuestra naturaleza conoce la
pequeñez y la grandeza de nuestros actos
que muestran ,al sonreir o entristecerse,
los ojos de quienes nos aman o envidian.
Seca ya en mis dedos está la hiel del
repudio y la ofensa.
Ten paciencia.
Ignora a los que te ofenden.
Son como abejas, que se acercan a picar,
buscando hacer un daño, y en ello hayan su muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario