Los días pasan incesantes.
Quedan los viejos recuerdos,
lo ajeno que cautiva lo propio
y nos señala que momentos intrascendentes son los
que cambian una vida.
Ahora debemos pensar en lo que nos ha sucedido.
Gritar o callar, en el silencio sonoro de uno mismo,
y pensar que porque nos pasan cosas
estamos vivos.
El mañana es más que el futuro.
Quedan los viejos recuerdos,
lo ajeno que cautiva lo propio
y nos señala que momentos intrascendentes son los
que cambian una vida.
Ahora debemos pensar en lo que nos ha sucedido.
Gritar o callar, en el silencio sonoro de uno mismo,
y pensar que porque nos pasan cosas
estamos vivos.
El mañana es más que el futuro.
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