MIEDOEINCERTIDUMBRE

viernes, 24 de febrero de 2012

LA VEJEZ

 No es esta la soledad de los sabios,

la  de los que se retiran del mundanal ruido

y viven felices ajenos a todos.

Pues esta soledad, como un afilado tridente,

 - hiriendo  mi corazón -

me recuerda dolorosamente

 el tiempo de la  inocencia.

Fui joven una vez,

Audaz e intrépido,

temerario; inexperto.

Amé a una mujer.

A todas,

a las que pude,

escribiendo  mi memoria

con  las líneas de su cuerpo

y su exuberante abundancia.

Sólo hoy


 evocar sus nombres


 me reconforta.

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